Efectos de una economía mal entendida en la ejecución de un proyecto en el mercado energético chileno

Efectos de una economía mal entendida en la ejecución de un proyecto en el mercado energético chileno

Les dejamos una columna de nuestro gerente General Bernardo González V. publicada hoy martes 11 de julio en la Revista Empresarial, respecto a las principales variables a tomar en cuenta en la ejecución de un proyecto en el mercado energético local.

Chile se ubica en el primer lugar a nivel mundial en el ranking de mercados emergentes más atractivos para la inversión en energías renovables de un total de 107 países, según indica el listado Climatescope 2022, elaborado por BloombergNEF. Por esta razón, se hace relevante comprender el valor de la administración de proyectos ligados a generación, transmisión y distribución, lo que se traduce en aplicar conocimientos, habilidades, herramientas y técnicas a las actividades de éstos para cumplir con las expectativas y objetivos, como lo son lograr el cronograma establecido, el presupuesto y distintos requisitos de calidad exigidos por la normativa vigente. Lo anterior hace que el objetivo de alcanzar el éxito en la ejecución de un proyecto, sea una variable más alcanzable.

Uno de los errores más comunes a la hora de gestionar un proyecto es cuando se establece como único objetivo, cumplir con un presupuesto y por ende dejar contingencias, imprevistos y/o reservas para “lo que pueda pasar más adelante”, generando así una tendencia natural a querer “ahorrar en lo que no se ve”. No se puede disminuir el costo de un terreno, o el costo de los grandes equipos eléctricos o de los materiales, o el costo de la mano de obra necesaria para realizar la construcción. Así, es inevitable que los “candidatos” donde aplicar esta economía sean dos: la ingeniería y/o la administración del proyecto. De estas dos opciones, la más intangible es la administración del proyecto. En Chile para algunos clientes, aún este es solo un “gasto”; en cambio la ingeniería, “al menos”, considera entregables como planos y memorias de cálculo.

En el caso de la administración, las buenas prácticas recomendadas por prestigiosas organizaciones como el PMI©, indican que mientras antes se incorpore la administración de proyectos, los resultados establecidos en presupuesto, plazo, calidad y seguridad aumentan su probabilidad de ocurrencia, pero ¿por qué ocurre esto?, porque una ingeniería de buena calidad garantiza realizar compras técnicamente confiables, ejecutar las obras con calidad, seguridad y en plazos definidos claramente. En paralelo, una administración de proyectos, conocida como PMO, permite llevar un control acabado de cada etapa de la ejecución del proyecto desde sus primeras ingenierías, pasando por compras, transportes y la ejecución de las obras en sí misma; hasta llegar a la tan anhelada “entrada en operación”, que es el hito que marca el éxito de un proyecto de energía.

Los efectos de aplicar una “economía mal entendida” son difícilmente reversibles. Ajustar y economizar precios sobre una ingeniería, conlleva sumar un riesgo de calidad innecesario y de alta incidencia. Ahorrar sobre la implementación de una PMO con profesionales no preparados o sin experiencia, suma un gran riesgo de no llevar el control oportuno de la ejecución de las obras en sus distintas etapas, impidiendo así, el tomar decisiones correctas, oportunas y lo que es aún más importante, preventivas por sobre las correctivas. Invertir en estas implementaciones y servicios, seguro permitirá ahorrar en partidas mucho más significativas en costo de lo que estos servicios en su conjunto son para el proyecto.

Como conclusión, podríamos decir que, una “economía mal entendida” puede tener efectos irreparables en nuestros proyectos, por lo tanto, lo más recomendable es evaluarlo a cabalidad y poner el foco en las actividades que sí pueden generar un ahorro significativo en plazo y/o en costo, por ejemplo: compras, transportes, obtención de permisos, ejecución de obras, puesta en servicio, entre otras.